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miércoles, 7 de diciembre de 2016

SANTOS CARMELITAS DESCALZOS


Les comparto el presente video, el cual nos invita a compartir una mirada de la espiritualidad del Carmelo; fijamos la atención en concreto, en estos santos doctores de la Iglesia y bien acogidos en otros ámbitos religiosos y culturales, los cuales fueron caminantes. 
La mística es un viaje y el místico es un viajero. Viajaron sin mapa. Su única brújula fue la fe oscura o si se prefiere la confianza ciega.





Los Santos del Carmelo han hecho un camino de aprendizaje. Han aprendido a ser hombres y mujeres de verdad. Con sus equivocaciones y aciertos, con ayudas que han encontrado, y falsas ayudas que les han dado. Han hecho un discernimiento conjugando tres cosas: la propia reflexión, la oración y la ayuda de los demás.


No se han callado lo que han descubierto. Han inventado lenguajes nuevos para decir cosas nuevas. Lo han gritado por los caminos. “¿Qué amor es ese que no siente la necesidad de hablar del ser amado?” (EG 264) .

LA FONTE - San Juan de la Cruz

¡Qué bien sé yo la fonte que mana y corre: aunque es de noche!

Se encuentra fray Juan de la Cruz en Toledo. Año 1578. Tiene 36 años. Por su amor a la verdad, su integridad y coherencia, sus antiguos compañeros de Orden lo han metido en la cárcel conventual, un angosto espacio sin apenas luz. Allí pasa horas, días, meses, expuesto a comentarios hirientes y a unas condiciones de higiene y alimentación deplorables.

Sorprendentemente, nada de esto acalla la música que le mana sin cesar, nada apaga la luz que lleva escondida en sus adentros, y allí, en la cárcel, tiene lugar uno de los momentos culminantes de su creación poética, allí le brotan a borbotones canciones de amor.

En las largas horas de la noche escucha los sonidos de las aguas del Tajo, se le despiertan los manantiales que lleva dentro.

Así surge La Fonte, poema de gran belleza. Le gusta esto de Fonte, le recuerda a su pueblo Fontiveros, le recuerda el amor de su Amado que nunca deja de amar.