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miércoles, 8 de febrero de 2017

MONSEÑOR LUIS ALBERTO LUNA TOBAR


MONSEÑOR LUIS ALBERTO LUNA TOBAR

1923 - 2017


“Quiteño de nacimiento, Cuencano de corazón y sacerdote de Vocación”


Monseñor Luis Alberto Luna Tobar, arzobispo Emérito de Cuenca, falleció a los 93 años en su habitación privada de La Armenia, en el valle de Los Chillos, tras un progresivo deterioro de su salud.
Quiteño, nacido el 15 de Diciembre de 1923. Hijo del abogado conservador, Moisés Luna Andrade y de doña Ana María Tobar Donoso. Séptimo de un hogar de 13 hermanos. Para entonces gobernaba el país el liberal José Luis Tamayo. Durante este régimen, un año antes se había producido la masacre obrera del 15 de noviembre de 1922 y dos años después, en la administración de Gonzalo Córdova Rivera se sublevan pacíficamente los militares jóvenes y escenifican la Revolución Juliana de 1925, que cambia la institucionalidad financiera y monetaria del país.

1.-Temprana vocación sacerdotal

Antes de cumplir 15 años pone a prueba su vocación religiosa al viajar a España, en plena Guerra Civil, donde el franquismo hacía de las suyas y el futuro “Cura Luna” hizo de camillero para transportar a los muertos y heridos que dejaba la falange.

      Luis Alberto Luna Tobar de 13 años de edad junto a sus hermanos y primos días antes de viajar a España para realizar sus estudios y convertirse en sacerdote. 

Con ese entorno de por medio se interna en la Orden de los Carmelitas Descalzos de Burgos. Tras exigentes estudios de Filosofía, Teología y otras disciplinas eclesiásticas es ordenado Sacerdote en la Cartuja de Miraflores de Burgos, el 25 de julio de 1946, con apenas 22 años de edad.
Con los hábitos Carmelitas regresa a Quito y su alegría se transforme en dolor y tristeza, pues su padre había fallecido 3 años antes. Superado el impacto y aceptando la realidad celebra la primera misa en su patria, en la iglesia de Santa Teresita, en La Mariscal, que para entonces era un sector residencial exclusivo de la ciudad.

Luis Alberto Luna Tobar en el año 1947 cuando se recibió de sacerdote en Burgos (España) junto a sus padrinos.


En esta parroquia del centro norte de la urbe, durante 22 años ejerció su apostolado con gran suceso e influencia, hasta 1968. Se convirtió en el “cura de moda”, confesó, comulgó, casó y fue consejero espiritual de la crema y nata de la Capital. Al joven padre Luna le confiaron sus pecados y recibieron su unción y absolución las familias más prominentes y los políticos más sonados de la época.

2.-Un carmelita en la Mitad del Mundo


De vacaciones del ciclo escolar viaja al Oriente en compañía de amigos y compañeros, y llega al campamento de Los Carmelitas en Sucumbíos. Ese es el inicio de su vinculación con esta congregación religiosa que la cobijó toda su vida y le abrió las puertas para servir desde su religiosidad y humanidad a sus semejantes.

En 1938 llega a Burgos y al año siguiente es parte de Los Carmelitas Descalzos y se entrega a los estudios y formación sacerdotal, hasta el 25 de julio de 1946, cuando celebra su primera eucaristía en La Cartuja de Miraflores de Burgos. Meses después vuelve a su tierra y le confían la Parroquia Mariscal Sucre y su iglesia Santa Teresita.

El martes 15 de febrero celebró su última misa en la Catedral de Cuenca, donde durante 19 años abogó por los más vulnerables y necesitados del austro y del Ecuador. Al salir del templo no se despidió de su pueblo, porque sabía que seguiría junto a él hasta su muerte, y que lo otro era una formalidad venida desde arriba, no desde el cielo, sino de los poderes terrenales, por eso dijo ese día a manera de confesión de no arrepentimiento, que cerca de dos décadas” ha sonreído mucho, ha dado esperanza y reclamado por las mayorías”.

3.- Le "jubilaron", pero no pudieron alejarlo de Dios y de su pueblo


En Cuenca vivió con pulcritud y sin ostentaciones en una casa donada a la Arquidiócesis, ante el deterioro de la antigua edificación. El martes 15 de febrero del año 2000 salió de la Catedral, pero no abandonó el corazón de la gente que durante dos décadas le escuchó, le compartió sus alegrías y tristezas y le hizo parte de su familia.


4.- Fin de una vida comprometida y vigencia de un legado

 En septiembre de 2010, en contra de su voluntad y de los cuencanos deja esa tierra y es trasladado a Quito a un asilo de ancianos. Desde hace algunos años le agobiaba el alzhéimer, enfermedad degenerativa que destruye la memoria y provoca un deterioro intelectual. Más tarde es llevado a La Casa Sacerdotal Sagrado Corazón, en La Armenia, Conocoto. Progresivamente pierde la lucidez y la percepción del tiempo y del espacio, pero nunca se borró su sonrisa.


"Quien anda en Amor ni cansa, ni se cansa"

San Juan de la Cruz

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