San Juan de la Cruz
nos ayuda a preparar el encuentro con Cristo, el Señor, a descubrir su Amor y
su Presencia allí donde Él se esconde, en los más necesitados. Dios viene a
nosotros, pero necesitamos esperarle como Él quiere presentarse y por dónde
desea venir. No pienses que le interesa otra cosa sino tu amor concreto a las
personas que le representan. A la tarde de la vida, de cada día, en la tarde de
hoy te pregunta por tu amor. No prepares otra respuesta. No aprendas otra
lección. No le busques en otro sitio ni le esperes por otro camino.
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